jueves, 26 de abril de 2018

CONFLICTO DEL EMPERADOR AURELIANO CON DE LA REINA ZENOBIA DE PALMIRA



Habiendo recuperado, pues, el gobierno de Oriente, entro en Emesa como vencedor e inmediatamente se dirigió al templo de Heliogábalo, para cumplir los votos como si se tratara de un deber publico. Pero allí descubrió la misma imagen divina que vio que le ayudaba en el combate. Por esta razón erigió también en aquella ciudad diversos templos proveyéndoles de grandes tesoros y construyo en Roma un templo dedicado al Sol que consagro con mayor boato, como dijimos en su lugar.

 

Después de esto se volvió a Palmira con el fin de asaltar la ciudad y dar termino así a sus empresas. Pero durante la marcha sufrió numerosos ataques de los ladrones de Siria, siendo acogido a menudo hostilmente su ejercito y, en el transcurso del asedio de la ciudad, se arriesgo hasta el punto de que casi le alcanzo una flecha.

 

Se conserva aun una carta que dirigió a Mucapor, en la que, sobrepasando el decoro debido a un emperador, reconoce la dificultad que suponía esta guerra: Los romanos dicen que yo combato solo contra una mujer, como si Zenobia luchara sola conmigo y con sus propias fuerzas, pero realmente el numero de enemigos es equiparable a los que tendría si tuviera que atacar a un hombre, dado que ella es mas peligrosa a causa de su complejo de culpabilidad y de su temor. No puede decirse cuantas flechas hay aquí, que clases de maquinas de guerra, cuantos dardos o cuantas piedras. No hay ninguna parte de la muralla que no este protegida por dos o tres ballestas; también sus catapultas lanzan fuegos. ¿Para que añadir mas detalles?. Tiene miedo como mujer que es, pero lucha como los que temen un castigo. Pero creo que los dioses ayudaran al Estado romano, ya que nunca dejaron de secundar nuestros proyectos.

( Flavio Vopisco Siracusano en "Historia Augusta" )



Moneda de Zenobia de Palmira





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