miércoles, 22 de octubre de 2014

EL CABALLERO PUBLIO SITIO DURANTE LAS GUERRAS CESARIANAS-POMPEYANAS




Publio Sitio era un caballero romano de la Nuceria campaniense, de considerable riqueza y educación; entre sus amigos se habían contado Sila y Cicerón. Varias inversiones desafortunadas durante los primeros consulados de Pompeyo Magno y Marco Craso lo habían inducido a unirse a la conspiración de Catilina para derrocar el gobierno legítimo de Roma; lo que le había atraído fue la promesa de Catilina de decretar una condonación general de las deudas. Aunque Sitio no lo veía así en su momento, resultó beneficioso para él el hecho de que las dificultades económicas le impidieron permanecer en Italia en espera de que Catilina ascendiera al poder. Se vio obligado a huir a la Hispania Ulterior al principio del consulado de Cicerón e Híbrida, y cuando comprobó que no se había alejado lo bastante de Roma, emigró a Tingis, capital de la Mauritania occidental.


Gracias a esta angustiosa serie de acontecimientos, Publio Sitio descubrió en sí mismo cualidades que desconocía; el comerciante con tendencias a la especulación se transformó en un filibustero locuaz y muy capacitado que asumió la reorganización del ejército del rey Boco, e incluso proporcionó al soberano de Mauritania occidental una buena flota. Aunque el reino de Boco estaba más lejos de Numidia que el de su hermano, Bogud, el reino de Mauritania oriental, Boco intuía con horror las ideas expansionistas que le rondaban por la cabeza al rey Juba de Numidia. Juba estaba decidido a ser otro Massimisa, y dado que la provincia africana de Roma se encontraba en la frontera este de Numidia, la única dirección posible para la expansión era el oeste.


Una vez que hubo reforzado las huestes de Boco, Sitio hizo lo mismo con las de Bogud. Obtuvo satisfactorias recompensas: dinero, su propio palacio en Tingis, todo un harén de exquisitas mujeres, y el final de sus preocupaciones con los negocios. Definitivamente la vida de un filibustero con talento era preferible a la participación en conspiraciones en Italia.


Cuando el rey Juba de Numidia se declaró en favor de los republicanos después de que César hubo cruzado el Rubicón, fue inevitable que Boco y Bogud de Mauritania se pusieran del lado de César. Publio Sitio intensificó los preparativos militares mauritanos y se sentó a ver qué ocurría. Sintió un gran alivio cuando César venció en Farsalia, pero experimentó una gran conmoción cuando los supervivientes republicanos de Farsalia decidieron convertir la provincia de África en su posterior foco de resistencia. Estaban demasiado cerca.


Así que Sitio contrató a unos cuantos espías en Utica y Hadrumetum para mantenerse informado acerca de las actividades republicanas, y aguardó a que César iniciara la invasión, como era previsible.


( C. McC. )




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