No obstante , los petimetres y
las lánguidas señoras que se pasean en literas de púrpura tirio tachonadas con
perlas marinas van a tener los días contados, porque sí voy a poner unos
impuesto sobre los lujos que me propongo establecer. La púrpura tiria ya no
estará libre de impuestos, disponer de cómodas literas para viajar supondrá
pagar un tributo anual, los banquetes desorbitantemente caros tampoco estarán
libres de impuestos, el laserpicium que alivia los síntomas de los excesos en
el comer y beber eso tampoco no estarán libre de impuestos. A partir de ahora construirse
una nueva mansión, villa o palacio, a partir de determinados límites, será
tributable. En resumen, de momento sólo los excesivamente más ricos, son los
que van a pagar impuestos por sus lujos y sus riquezas en beneficio de Roma, y
eso sin que les afecte demasiado.
Para concluir, no se me escapa
el hecho de que existen muchos bienes raíces cuyos propietarios son en la
actualidad nefas, personas excluidas de Roma y la
ciudadanía por delitos contra el Estado. Esos bienes se expropiarán
y se subastarán justamente, y las ganancias resultantes se ingresarán en el
erario. No obstante, no instituiré proscripciones como hizo Sila. Ningún
ciudadano en particular se beneficiará de los desdichados que perdieron su
derecho a llamarse ciudadanos romanos. No facilitaré la manumisión de esclavos
a cambio de información, no ofreceré recompensa a ciudadanos a cambio de información
que delaten a otros ciudadanos. Yo no soy Sila y ya sé todo lo que necesito
saber y no quiero buscar más culpables ni que corra más sangre romana.
Los comerciantes de Roma
son la causa del bienestar de la nación, y es a ellos especialmente a quienes
acudo en busca de ayuda para curar estas terribles heridas. Pediremos prestado
el dinero para recuperarnos de nuestra fallida economía, pagaremos los justos
intereses del 10 por ciento a todos aquellos que presten a Roma, y una vez
recuperados el estancamiento económico, devolveremos todo el dinero prestado,
que reportará ganancias a todos aquellos que hayan prestado su dinero, incluso
los romanos más humildes que hayan ahorrado algo haciendo su aporte de dinero. Estoy
convencido de que dinero no va a faltar a nuestro erario público, porque todos
los ciudadanos tienen la voluntad y deseo de que Roma prospere y sea cada día más
grande, y porque creo que todos trabajaremos en la confianza de que vamos a
salir adelante y dejar una Roma más rica que la que conocieron nuestros
ancestros.¡Larga vida al Senado y el Pueblo de Roma!. ¡Larga vida a Roma!.
No hay comentarios:
Publicar un comentario