domingo, 14 de octubre de 2018

CARTA DE SILA A SU AMANTE METROBIO TRAS LA MUERTE DE SU HIJO



Ha muerto mi hijo. La última vez que estuviste en casa murió mi esposa. Dada tu profesión, deberías ser heraldo de alegría, el deus ex machina de la obra, pero eres la figura velada, precursora del dolor. No vuelvas nunca a mi casa. Ahora comprendo que mi patrona Fortuna no consiente rivales, pues yo te he amado con el mismo tesón interno que ella considera exclusivamente suyo. Te había entronizado como un ídolo y para mí has sido la encarnación del amor perfecto. Pero ella lo exige para sí, y ella es hembra, el principio y el fin de todo hombre. Si llega el día en que la Fortuna rompa conmigo, te llamaré. Hasta ese día, nada. Mí hijo era un buen hijo, un muchacho como es debido. Un romano. Ahora ha muerto y estoy solo. No te quiero.









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