sábado, 15 de septiembre de 2018

TEMIDOS GENERALES ROMANOS


Los nuevos tiempos en los que se expandía la influencia de Roma por todo el orbe conocido, requerían nuevas modalidades de ejércitos y los generales eran como semidioses que, sentados o de pie en un alto, observaban el campo de batalla dando órdenes, señalando cosas y mordiéndose las uñas, tomando una copa de vino para reanimarse y reconfortarse, pensativos, sin dejar de mirar todos los movimientos de la batalla a sus pies. Los métodos de batalla de Alejandro Magno, por ejemplo, ya resultaban anticuados y superados.  Los generales romanos sabían instintivamente si una línea estaba a punto de ceder o de retroceder, dónde iba a concentrar el enemigo el asalto masivo; si, los generales nacían sabiendo lo que eran flancos, maniobras, asedios, artillería, columnas de refresco, formaciones, despliegues, filas y líneas. Cosas que a los reyes orientales, o los bárbaros de allende de las fronteras no le cabían en la cabeza, ni le gustaban ni le interesaban ni se le daban bien. Y en esto derivaba lo invencibles de las legiones romanas.






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