Existía en
Roma una curiosa fiesta, llamada las Damia, de remotos orígenes,
Cuando se
extendió la noticia, las mujeres elevaron tal clamor que se
A la
mañana siguiente, en Roma no se hablaba de otra cosa. El intruso era un
Publio  Clodio fue procesado dos meses después.
Presentó testigos dispuestos a
Nuevas
deliberaciones del jurado y finalmente compareció Julio César, al
Deliberó
el jurado y emitió su voto. Veinticinco condenatorios; treinta y uno
( Juan
Eslava Galán, en "Julio César, el hombre que pudo reinar" )
 
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