¡Siempre
serás un muchacho de campo, Pompeyo Magno! No estás a la altura de los trucos de
la ciudad. Te han aventajado en astucia con tanta destreza que ni siquiera te
das cuenta de lo que han hecho. Estás ahí, plantado en el Campo de Marte,
felicitándote a ti mismo porque eres el ganador. Pero en realidad no lo eres.
Bíbulo y Catón son los ganadores. Ellos pusieron al descubierto tu farol y tú
te echaste atrás. ¡Cómo se reiría Sila!
( C.
McC. )
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