domingo, 23 de agosto de 2020

DISTURBIOS DE NIKÁ


Disturbios de Niká o revuelta de Niká (en griego: Στάση του Νίκα) se le llama a una rebelión popular en la ciudad de Constantinopla durante el año 532. Tomó su nombre del grito lanzado por los rebeldes: «Niká», que significa «Victoria» en griego. Los acontecimientos tuvieron lugar en los alrededores de la residencia del emperador Justiniano I.
 
Los disturbios de Niká estallaron como fruto de una creciente tensión social en el Imperio bizantino. Una intrascendente discusión entre las facciones rivales "Verdes" y "Azules" (colores con los que competían) sobre carreras de carros se transformó en un estallido popular sin precedentes que hizo tambalear el trono de Justiniano I.
 
Procopio de Cesarea escribía:
La población de las ciudades se había dividido desde hace tiempo en dos grupos, los Verdes y los Azules... sus miembros (de cada facción) luchaban contra sus adversarios... no respetando ni matrimonio ni parentesco, ni lazos de amistad, incluso aunque los que apoyaban a diferentes colores pudieran ser hermanos o tuvieran algún otro parentesco.
Esta rivalidad estaba agravada por un trasfondo político y teológico, pues mientras que los Verdes estaban formados mayoritariamente por comerciantes y arrendatarios de servicios y bienes públicos y profesaban el monofisismo, los Azules eran principalmente terratenientes o aristócratas y practicaban el cristianismo oficial. Justiniano apoyaba a estos últimos.
 
El momento político también era turbulento, pues Justiniano estaba en medio de una negociación con los persas por la paz, y para pagar a estos y a otros bárbaros debió establecer amplios impuestos a la ciudadanía, que no fueron bien recibidos.
 
La revuelta comenzó en el Hipódromo, donde se encontraban los emperadores, y se fue extendiendo por toda la ciudad, atacando y destruyendo edificios públicos como el Gran Palacio y la iglesia más importante de la ciudad, Santa Sofía, que más tarde sería reconstruida por Justiniano.
 
Los rebeldes llegaron a nombrar hasta un nuevo emperador, Hipatio, que era sobrino del antiguo emperador Anastasio I.
 
Solo la serenidad de su esposa, Teodora, impidió que Justiniano huyera de la capital y permitió que la rebelión fuera finalmente sofocada por el general Belisario.
 
Belisario y Narsés, fingiendo negociar, rodearon a los rebeldes en el hipódromo y los masacraron. Se calcula que murieron cerca de 30 000 personas.
 
Para Justiniano Nika, los disturbios fueron principalmente importantes para eliminar cualquier oposición significativa de cualquier clase social en su reino hacia él durante la mayor parte de su largo reinado, lo que también dejó sus manos mucho más libres para la realización de sus guerras de reconquista en el antiguo occidente romano y para los masivos. actividad de construcción en Constantinopla (y provincias), cuyo resultado más famoso fue la famosa nueva versión de la catedral de Santa Sofía.
 
Durante los disturbios, multitudes rebeldes (que incluían a muchos nobles que tenían muchas razones para odiar a Justiniano) también arrastraron a los senadores Hipatio y Pompeyo, sobrinos del difunto emperador Anastasio (que reinó 491-518) para reemplazar a Justiniano con uno de ellos. Hipacio fue coronado y elevado en el escudo como emperador en el foro de Constantino, pero ambos fueron finalmente arrestados y poco después ejecutados, según los informes, la emperatriz Teodora insistió en ello, mientras que Justiniano solo quería exiliarlos.Como el ex emperador Ansatasio también Hipatio y Pompeyo posiblemente llegaron tarde descendientes lejanos del famoso general romano de la época romana clásica: Pompeyo el Grande y miembros del antiguo clan romano Anicii. La teoría genealógica incluso trazó al emperador Heraclio como posible descendiente del desafortunado Pompeyo de los disturbios de Nika.

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