domingo, 20 de mayo de 2018

MARCO FABIO QUINTILIANO DICE SOBRE EL BUEN MAESTRO


Ante todo debe adoptar la actitud de padre para con sus alumnos y considerarse como en el puesto de los que han confiado a sus hijos a su cuidado. No debe ser vicioso ni tolerar el vicio en los demas. Debe ser severo sin pesimismo y complaciente sin debilidad; de lo contrario, el rigor le hara odioso y la complacencia despreciable. Debe insistir de mil maneras en el lado positivo de la bondad y del honor: cuanto mas los estimule menos tendra que castigarlos. Debe controlar su genio, aunque sin cerrar los ojos a las faltas que exigen correccion. Debe ser directo en su enseñanza, estar dispuesto a tomar sobre si cualquier molestia y estar en todo sin estorbar. Debe contestar gustoso a las preguntas e interrogar a los que no preguntan. Al alabar las composiciones de sus alumnos no debe mostrarse ni tacaño ni efusivo: porque la tacañeria desanima en el trabajo y la excesiva efusividad engendra vana complacencia, Al corregir las faltas no debe mostrarse duro y, por supuesto, jamas debe recurrir al insulto. Hay maestros que al regañar dan la impresion de aversion, y esto produce como efecto inmediato el desalentar a muchos en el estudio... Cuando se sabe instruir debidamente a los alumnos, estos miran a sus profesores con afecto y respeto. Apenas es posible expresar con cuanta mayor voluntad nos sentimos inclinados a imitar a aquellos que nos agradan.


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