Crismón
es la denominación de la más usual de las representaciones del cristograma o monograma de Cristo: XP. El DRAE lo da como sinónimo de
lábaro, el estandarte de los emperadores romanos, que a partir de Constantino I
el Grande lo incorporaba.
Consiste
en las letras griegas Χ (ji) y Ρ
(rho), las dos primeras del nombre de Cristo en griego: Χριστός (Khristós -"el ungido"-). En
otras versiones, la Ρ se sustituye por la Τ (tau) haciendo así una pequeña cruz latina. El crismón
aparece a veces acompañado de otros elementos, como las letras α (alfa) y ω (omega), la primera y la última del
alfabeto griego, que representan a Cristo como principio y fin de todas las
cosas.
Otros
cristogramas son IC, XC, la primera y última letra de cada uno de los dos
nombres ΙΗΣΟΥΣ ΧΡΙΣΤΟΣ (Jesús Cristo), que es el más común en las iglesias
ortodoxas bizantinas, e IHC o bien IHS, las tres primeras letras del nombre ΙΗΣΟΥΣ (Jesús), que es el más común en la
iglesia latina.
Un
estudio que se mantiene fiel a los datos históricos sobre el crismón es el de
Francisco de Asís García García de la Universidad Complutense, el cual contiene
también una larga bibliografía. En el uso previo al cristianismo, el monograma
Χ (ji) Ρ (rho) era una marca relativamente
común para indicar los pasajes importantes de un manuscrito, dado que abreviaba
la palabra griega jrēston, es decir, bueno. Algunas monedas lágidas (de
Ptolomeo III Evergetes) y otras de Herodes, también están marcadas con el
crismón como indicio de calidad.
Al convertirse
Constantino I al cristianismo, se empezó a interpretar el chi-rho como
abreviatura de Cristo.
El
cristograma empezó a aparecer en las monedas romanas después del Edicto de
Milán (313) con el que Constantino I establecía la libertad de culto para los
cristianos.
Las
fuentes no se ponen de acuerdo sobre el momento y las razones del emperador
Constantino para adoptarlo. Los textos principales son de Eusebio de Cesarea y
Lactancio. Según la Vida de Constantino de Eusebio, el motivo fue una visión
que tuvo antes de la Batalla del Puente Milvio contra Majencio, consistente en
el signo del crismón en el cielo junto con el lema en griego «Ἐν τούτῳ νίκα» (con esto vence). Según De mortibus
persecutorum (Sobre las muertes de los perseguidores) de Lactancio, lo de
Constantino no fue una visión, sino un sueño la noche anterior a la batalla.
El
monograma IHS, basado en las tres primeras letras del nombre de
"Jesús" en griego, ΙΗΣΟΥΣ (latinizado IESOUS), ha sido erróneamente
interpretado no sólo como un anagrama o especie de abreviatura para la
expresión Iesus Hominum Salvator (Jesús Salvador de los Hombres), sino también
las tres palabras iniciales de la frase In hoc signo vinces, versión latina de Ἐν τούτῳ νίκα.
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