lunes, 5 de enero de 2015

LA DOMUS O CASA ROMANA


La riqueza y el grado de habitabilidad de las casas de vivienda, muy somera en un primer momento, fue creciendo a partir del s. I a.C. hasta alcanzar su nivel más alto en el siglo II. En los ejemplos más evolucionados que se conservan en ciudades como Ostia, podemos apreciar incluso la presencia de instalaciones sanitarias y conducciones de agua resueltas con tuberías de plomo, abastecidas por depósitos instalados en la cubierta de los edificios que eran llenados a cubos por industriales especializados.

 

Las viviendas en general, eran el reflejo del rango y riqueza que evidenciaban sus habitantes y, como la gama de la sociedad romana era tan variada, también lo fueron sus viviendas. Esto se puede apreciar claramente en los restos arqueológicos presentes en las ciudades de Ostia, Pompeya y Roma.

 

 Entre las viviendas más sencillas y miserables, se encontraban los alojamientos provisionales que se alquilaban en los pisos altos de muchas tiendas y comercios o las casuchas que se pueden observar en la Vía della Foce de Ostia. Otros alojamientos menos degradantes, pero todavía reducidos y de clase baja, se podían encontrar generalmente en las casas de vecindad de muchas plantas, de las cuales también quedan muchos restos en Ostia.

 

El proceso de creación del repertorio de viviendas de una mayor calidad fue gradual. En la capital Roma, se mantuvo una cierta tradición de austeridad en el diseño de sus edificios, que contrastaba con la ostentosidad de las viviendas helenísticas de la Magna Grecia; Cesar Augusto, por ejemplo, citan las crónicas que vivía en una buena casa, pero no en un palacio, refiriéndose posiblemente con este concepto a un edificio de adobe.

 

El primer emperador que dispuso de un verdadero palacio fue Nerón, aunque lo que sí hubo, a partir del s. II a. C. fueron, curiosamente, lujosas casas de campo que servían como segunda residencia. De todas ellas, destacan espacialmente los ejemplos que se conservan en la Campania.

 

Los romanos de mayor poder adquisitivo se alojaban en viviendas aisladas o entre medianeras, conocidas como Casa o Domus. Esta tipología presenta una mayor variedad de tamaños y riqueza que los edificios de apartamentos detallados anteriormente, si bien, la forma mas característica mostraba una disposición bastante rígida.

 

 Como la mayoría de las casas de ciudades mediterráneas, estaba volcada hacia el interior, con pocas ventanas exteriores, por privacidad y seguridad, y generalmente el acceso se reducía a una pequeña puerta colocada entre tiendas en la fachada a la calle.

 

La disposición interior estaba formada por una rígida secuencia de habitaciones diseñadas con simetría axial, al igual que toda su arquitectura. El portal se abría a una pequeña habitación de entrada o vestibulum, que conducía al atrium, el espacio principal de la casa.

 

El atrium era una zona parecida a un patio, abierta en el centro, con un pequeño aljibe rehundido en el pavimento, el impluvium, en el que se recogía el agua de la lluvia. Alrededor del atrium, e iluminados por él, estaban los alojamientos, con un tablinium completando el axis central, a modo de recibidor, y flanqueado por la zona del comedor y otros servicios.

 


Inicialmente, las viviendas eran bastante oscuras, pero hacia el siglo II a.C., se comenzaron a decorar los muros con frescos que contenían vistas de panorámicas arquitectónicas y naturales de gran fantasía y color. También se produjo una modificación de la especialidad interior en esta época con el añadido de un patio rodeado por una columnata, de influencia helenística, y un jardín en la parte trasera del atrium. Esto añadía naturaleza y luz a la vivienda, generando vistas diáfanas y llenas de color en el eje principal


MUESTRARIO DE ILUSTRACIONES DE DOMUS ROMANAS:
























































LA CASA ROMANA:

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