martes, 17 de octubre de 2017

EL CÓNSUL TIBERIO CLAUDIO POMPEYANO, EL HOMBRE QUE NO QUISO SER EMPERADOR

 

Tiberio Claudio Pompeyano (en latín: Tiberius Claudius Pompeianus) fue un general de Marco Aurelio que llegó al cargo de senador senior de Roma tras rechazar en dos ocasiones ser emperador del Imperio Romano.
 
Pompeyano, un sirio de origen humilde, comenzó su cursus honorum como Tribunus Laticlavius de la Legio VII Gemina en la Tarraconense bajo Adriano, y, después de recorrer todos los honores hasta el consulado, sirvió en las guerras de Germania como general bajo las órdenes de Marco Aurelio. Apoyó durante esta época al joven Pertinax, que llegaría a ser emperador durante 87 días después de que el propio Pompeyano renunciara al cargo.
 
Después de la muerte de Lucio Vero (169), Pompeyano se casó con su viuda, Annia Aurelia Galeria Lucila, hija de Marco Aurelio. Este matrimionio concertado, entre otras evidencias, induce a pensar que Marco Aurelio contemplaba la posibilidad de designar a Pompeyano como César y sucesor. Es posible incluso que esta oferta se hiciera efectiva, pero fuera rechazada por Pompeyano, que fue nombrado cónsul imperial en 173.
 
En 182 Lucila se vio involucrada, junto a miembros del Senado, en una conspiración para acabar con la vida de Cómodo, su propio hermano y emperador en esa época. Según sus planes, un sobrino de Pompeyano apuñalaría a Cómodo, pero el asesino se anticipó al mostrar sus intenciones (según la leyenda le dijo al emperador: «esta es la daga que te envía el Senado»), lo que dio tiempo a Cómodo para actuar y abortar el complot. Los principales involucrados, incluidos varios conocidos senadores, fueron ejecutados. Lucila fue enviada al exilio en Capri, y allí ejecutada al poco tiempo.
 
Por el desarrollo de los hechos, Pompeyano tuvo que retirarse de la vida pública, aunque no participara personalmente en la conspiración. Pasó entonces la mayor parte del tiempo en el campo, arguyendo su edad y una dolencia en los ojos como excusa para no regresar. Pero al morir Cómodo en 193, Pertinax le ofreció el trono imperial, que él rechazó de nuevo. Pertinax se proclamó entonces emperador, pero fue asesinado por la guardia pretoriana recién iniciado su reinado.
 
Tras el asesinato de Cómodo, Pompeyano volvió a la vida pública, demostrando que sus dolencias eran fingidas. Tomó parte en las deliberaciones del Senado, sentándose simbólicamente en el mismo banco que Pertinax.
 
Didio Juliano, que fue nombrado emperador al pujar más alto en la subasta que organizó la guardia pretoriana, no pudo ganar apoyos ni siquiera entre sus propias tropas, y en un intento desesperado por salvar su vida, le pidió a Pompeyano que fuera corregente con él, lo que éste rechazó, al parecer volviendo a argumentar que se lo impedían su ceguera y sus problemas de salud, para salir airoso del trance. Juliano fue ejecutado posteriormente por un soldado a las órdenes de Septimio Severo, después de reinar tan sólo durante 66 días.


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