Claudio I (10 a.C.-54 d.C.), emperador romano
(41-54 d.C.), durante su reinado Roma conquistó, entre otras regiones,
Mauritania y Britania y se produjeron importantes reformas en la administración
del Imperio.
Nacido
con el nombre de Tiberio Claudio Druso Nerón Germánico, en Lugdunum (en la
actualidad Lyon, en Francia). Su padre, Druso el Germánico, era el hermano
menor del futuro emperador Tiberio.
No ocupó cargos públicos importantes hasta los 47 años, cuando se convirtió en cónsul durante el reinado de su sobrino Calígula. Cuando éste fue asesinado, en el 41, la Guardia Pretoriana, que le encontró escondido en el palacio, le proclamó emperador.
No ocupó cargos públicos importantes hasta los 47 años, cuando se convirtió en cónsul durante el reinado de su sobrino Calígula. Cuando éste fue asesinado, en el 41, la Guardia Pretoriana, que le encontró escondido en el palacio, le proclamó emperador.
Los primeros actos de
su reinado prometieron un gobierno justo y bondadoso; pero en el 42, cuando se
descubrió una conspiración contra su vida, fue su tercera esposa, Mesalina,
quien se hizo con el control del gobierno durante algún tiempo, en el cual
practicó crueldades y extorsiones sin reserva.
Aparte de los excesos
perpetrados bajo la influencia de Mesalina, su reinado fue el de un
administrador inteligente, tanto en asuntos civiles como militares. Mauritania
(el actual norte de Marruecos y el oeste de Argelia) se convirtió en provincia
romana; conquistó la isla de Britania, y los ejércitos romanos lucharon con
éxito contra los germanos, fundando la denominada Colonia Claudia Ara
Agrippinensis (actual ciudad alemana de Colonia), en honor de su cuarta mujer,
Agripina la Menor (50 a.C.).
Judea y Tracia también se convirtieron en
provincias romanas durante su reinado. Gastó sumas enormes, especialmente en la
construcción del famoso acueducto Claudiano.
Su administración se caracterizó por la pérdida de poder de la nobleza y por la práctica, más tarde común, de conceder responsabilidades y riquezas a los seguidores del emperador, incluidos antiguos esclavos (libertos), todo ello en el marco de un crecimiento en la centralización del poder imperial.
Su administración se caracterizó por la pérdida de poder de la nobleza y por la práctica, más tarde común, de conceder responsabilidades y riquezas a los seguidores del emperador, incluidos antiguos esclavos (libertos), todo ello en el marco de un crecimiento en la centralización del poder imperial.
En el 48,
ordenó la ejecución de Mesalina, quien se había burlado de él representando
públicamente un matrimonio simulado con su amante.
Después desafió la
desaprobación general casándose con su sobrina, Agripina la Menor, bajo cuya
influencia privó de su herencia a Británico, nacido de su matrimonio con
Mesalina.
En su lugar adoptó al hijo de Agripina, habido en su matrimonio
anterior, Nerón, más tarde emperador de Roma. Poco después fue envenenado
supuestamente por Agripina. Los antiguos historiadores le describen como
descuidado, enfermizo y ridículo antes de llegar al poder, e ignorante y
malévolo durante su gobierno.
Sin embargo, la historiografía actual tiende a
refutar estas teorías y le considera perspicaz e inteligente gobernante. La
difusión de las novelas históricas del escritor británico afincado en la isla
de Mallorca (España), Robert Graves, Yo, Claudio (1934) y Claudio, el
dios (1937) contribuyó a esa positiva consideración.
LA MUERTE DE MESALINA
ORDENADA POR EL EMPERADOR CLAUDIO
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LA NAUMAQUÍA DE CLAUDIO
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