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lunes, 20 de octubre de 2014

EL EMPERADOR CLAUDIO I




Claudio I (10 a.C.-54 d.C.), emperador romano (41-54 d.C.), durante su reinado Roma conquistó, entre otras regiones, Mauritania y Britania y se produjeron importantes reformas en la administración del Imperio.


Nacido con el nombre de Tiberio Claudio Druso Nerón Germánico, en Lugdunum (en la actualidad Lyon, en Francia). Su padre, Druso el Germánico, era el hermano menor del futuro emperador Tiberio.



 No ocupó cargos públicos importantes hasta los 47 años, cuando se convirtió en cónsul durante el reinado de su sobrino Calígula. Cuando éste fue asesinado, en el 41, la Guardia Pretoriana, que le encontró escondido en el palacio, le proclamó emperador.


 Los primeros actos de su reinado prometieron un gobierno justo y bondadoso; pero en el 42, cuando se descubrió una conspiración contra su vida, fue su tercera esposa, Mesalina, quien se hizo con el control del gobierno durante algún tiempo, en el cual practicó crueldades y extorsiones sin reserva.


 Aparte de los excesos perpetrados bajo la influencia de Mesalina, su reinado fue el de un administrador inteligente, tanto en asuntos civiles como militares. Mauritania (el actual norte de Marruecos y el oeste de Argelia) se convirtió en provincia romana; conquistó la isla de Britania, y los ejércitos romanos lucharon con éxito contra los germanos, fundando la denominada Colonia Claudia Ara Agrippinensis (actual ciudad alemana de Colonia), en honor de su cuarta mujer, Agripina la Menor (50 a.C.). 


Judea y Tracia también se convirtieron en provincias romanas durante su reinado. Gastó sumas enormes, especialmente en la construcción del famoso acueducto Claudiano. 



Su administración se caracterizó por la pérdida de poder de la nobleza y por la práctica, más tarde común, de conceder responsabilidades y riquezas a los seguidores del emperador, incluidos antiguos esclavos (libertos), todo ello en el marco de un crecimiento en la centralización del poder imperial.




En el 48, ordenó la ejecución de Mesalina, quien se había burlado de él representando públicamente un matrimonio simulado con su amante.

 Después desafió la desaprobación general casándose con su sobrina, Agripina la Menor, bajo cuya influencia privó de su herencia a Británico, nacido de su matrimonio con Mesalina.


LA MUERTE DE MESALINA ORDENADA POR EL EMPERADOR CLAUDIO


 En su lugar adoptó al hijo de Agripina, habido en su matrimonio anterior, Nerón, más tarde emperador de Roma. Poco después fue envenenado supuestamente por Agripina. Los antiguos historiadores le describen como descuidado, enfermizo y ridículo antes de llegar al poder, e ignorante y malévolo durante su gobierno.


LA NAUMAQUÍA DE CLAUDIO

 Sin embargo, la historiografía actual tiende a refutar estas teorías y le considera perspicaz e inteligente gobernante. La difusión de las novelas históricas del escritor británico afincado en la isla de Mallorca (España), Robert Graves, Yo, Claudio (1934) y Claudio, el dios (1937) contribuyó a esa positiva consideración.







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