LA PAZ ROMANA: EL SIGLO DE AUGUSTO
(27 a. de J.C. - 182 d. de J.C.)
Octavio Augusto rechaza el título de dictador y sólo acepta el término -muy republicano- de princeps (príncipe; es decir, "primer hombre del Senado").
- La familia Julia-Claudia del 14 d. de J.C. al 68 d. de J.C.
Tiberio,
Calígula,
Claudio,
Nerón.
Los Flavios, del 69 al 96 d. de J.C.
Vespasiano,
Tito,
Domiciano.
Los Antoninos, del 96 al 192 d. de J. C.
Trajano,
Adriano,
Antonino Pío,
Marco Aurelio,
Cómodo.
La vida interior se caracteriza por la evolución religiosa del Imperio romano (penetración de las religiones orientales) y, más particularmente, por la aparición del cristianismo, perseguido por los emperadores, pero cuya expansión es irresistible (especialmente en las provincias orientales del Imperio).
- Séneca, Filón de Alejandría (que escribe en griego, para los judíos de la Diáspora),
- los poetas Perseo y Lucano,
- el historiador judío Flavio Josefo (que escribe en griego), Plinio el Viejo, Quintiliano, Plinio el Joven, Tácito, Suetonio,
- el filósofo Epicteto (esclavo griego que vivía en Roma), Juvenal, Aulo Gelio y Luciano.
La Pax Romana. «La paz romana»
El mundo conocido se adentra en un periodo de paz y prosperidad sin precedentes que será conocido por generaciones posteriores como la Pax Romana. Esta «paz» no implica que las legiones no vayan a emplear buena parte de su tiempo matando y haciéndose matar por el enemigo más allá de las fronteras del Imperio, pero en su interior Roma y sus súbditos llegarán a una entente con la que estos últimos se comprometerán a no rebelarse a cambio de que los legionarios no quemen sus ciudades y no crucifiquen a sus habitantes. Ésta es una buena política, pero exige emperadores hábiles y competentes, como los que habrán de dirigirla durante los próximos cien años. Incluso los emperadores más benévolos recordarán discretamente a los sujetos potencialmente más conflictivos que siempre hay una o dos legiones a tiro de saqueo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario