Hubo prodigios
admirables, que anunciaron a César su
próximo fin. Se observó que los caballos que había consagrado cuando el paso
del Rubicón y los había dejado pacer en libertad, se abstenían de tomar
alimento y lloraban abundantemente. El augur Espurina le advirtió en un sacrificio que
estaba amenazado de un peligro, al que se vería expuesto en los idus de Marzo.
La misma noche anterior al día de su muerte, soñó que volaba sobre las nubes y
tocaba la mano de Júpiter. Calpurnia, su mujer, soñó que caía el tejado de su casa y
que su marido estaba en sus brazos herido de muchos golpes. Las puertas de su
alcoba se abrieron por sí mismas.
Pasión por los romanos. Un blog de divulgación creado por Xavier Valderas que es un largo paseo por el vasto Imperio Romano y la Antigüedad, en especial el mundo greco-romano.
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