Cuando la fortuna es
favorable a alguno y le muestra un rostro halagueño, todos siguen en pos de sus
florecientes riquezas. Mas tan pronto como empieza a tronar, todos huyen y el
que poco ha andaba rodeado de un escuadrón de amigos, no es reconocido por
nadie. Esa verdad, que los ejemplos antiguos demostraron, ahora le ha llegado a
comprobar en mi cabeza y en mis propios males. De entre tantos que se llamaron
amigos, apenas me quedáis dos o tres: los demás fueron amigos, no míos, sino de
mi fortuna.
Pasión por los romanos. Un blog de divulgación creado por Xavier Valderas que es un largo paseo por el vasto Imperio Romano y la Antigüedad, en especial el mundo greco-romano.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario