martes, 29 de julio de 2014

EMPÉDOCLES


 

Empédocles de Agrigento, en griego Ἐμπεδοκλής, (Agrigento, h.495/490 - h.435/430 a. C.) fue un filósofo y político griego.
 
Postuló la teoría de las cuatro raíces, a las que Aristóteles después llamó elementos, juntando el agua de Tales de Mileto, el fuego de Heráclito, el aire de Anaxímenes y la tierra de Jenófanes, las cuales se mezclan en los distintos entes sobre la Tierra. Estas raíces están sometidas a dos fuerzas, que pretenden explicar el movimiento (generación y corrupción) en el mundo: el Amor, que las une, y el Odio, que las separa. Estamos, por tanto, en la actualidad, en un equilibrio. Esta teoría explica el cambio y a la vez la permanencia de los seres del mundo.
 
El hombre es también un compuesto de los cuatro elementos. La salud consiste en cierto equilibrio entre ellos. El conocimiento es posible porque lo semejante conoce lo semejante: por el fuego que hay en nosotros conocemos el fuego exterior, y así los demás elementos. La sede del conocimiento sería la sangre, porque en ella se mezclan de modo adecuado los cuatro elementos de la naturaleza.

Posteriormente Demócrito postularía que estos elementos están hechos de átomos.
 
Sostiene una curiosa teoría sobre la evolución orgánica por su teoría de las raíces. Suponía que en un principio habría numerosas partes de hombres y animales distribuidas por azar: piernas, ojos, etc. Se formarían combinaciones aleatorias por atracción o Amor, dando lugar a criaturas aberrantes e inviables que no habrían sobrevivido:

Muchas especies de criaturas vivas tienen que haber sido incapaces de propagar su linaje, ya que en cada una de las especies hoy día existentes o la industria o el valor o la velocidad ha protegido desde el principio su existencia, conservándola (Empédocles citado por Stephen F. Mason, Historia de las ciencias).
 
Aristóteles le atribuye un experimento para demostrar la presión del aire como sustancia independiente usando una clepsidra. También descubrió la fuerza centrífuga y el sexo de las plantas.

En astronomía identificó correctamente que la luz de la Luna no era luz propia, sino reflejada, y creía lo mismo del Sol (Russell, 1946: p. 61). Asimismo consideró que la Tierra era una esfera aunque esto parece estar más relacionado con su cosmología, según la cual esta esfera -representante del mundo material- se llenaba y vaciaba de amor o lucha (ibídem).
 
Una leyenda, recogida entre otros por el poeta latino Horacio, afirma que murió lanzándose al Etna para tener un final digno de su divinidad, aunque parece más probable que muriese en el Peloponeso.

Escribió los poemas De la naturaleza (Περὶ φύσεως) y Las purificaciones (Καθαρμοί), de los cuales se conservan fragmentos. Estudios de finales del siglo XX llevan a suponer que las dos obras fueron originalmente una sola.
 
La teoría de los cuatro elementos que han de estar en armonía, permite elaborar una concepción de salud, que tendrá amplia repercusión en la medicina griega posterior.

Utilizando otros términos Empédocles considera al hombre un microcosmos . (El hombre, concebido como resumen completo del universo o macrocosmos), una suerte de mundo microscópico (dado que contiene los mismos elementos) y ello le permite formular una explicación de conocimiento por "simpatía": "lo semejante conoce a lo semejante". Así, las emanaciones que proceden de las cosas entran por los poros del cuerpo humano, yendo a encontrar lo semejante que en éste hay:
 
Vemos la tierra por la tierra, el agua por el agua, el aire divino por el aire y el fuego destructor por el fuego. Comprendemos el amor por el amor y el odio por el odio.
Es decir un elemento lleva al otro y es necesaria la existencia de uno para la existencia del otro.
 
Para Empédocles, la realidad es concebida como una esfera, lo cual sugiere que parte de la concepción de Parménides. La esfera de Empédocles equivale al Ser de Parménides, aunque a diferencia de este último, no niega el valor de las apariencias porque para él, hay movimiento y hay pluralidad de seres. Lo que hace es introducir dentro de la esfera a la variedad: en su interior se encuentran los cuatro elementos.
 
Podría decirse pues, que inspirándose en Tales, Anaxímenes, Heráclito y Jenófanes, aúna de todos ellos sus elementos primigenios. Cada uno de estos elementos es eterno e imperecedero, pero al mezclarse entre sí dan lugar a la diversidad de seres y cambios que se observan en el mundo.
 
La mezcla de los elementos es producido por dos fuerzas cósmicas: el amor y el odio. Son fuerzas que también se encuentran en el hombre y que al explicar en su lucha todo cuanto sucede, determinan la visión trágica que Empédocles tiene de la existencia:

Estos elementos no cesan nunca su continuo cambio. En ocasiones se unen bajo la influencia del Amor, y de este modo todo devinen lo Uno; otras veces se disgregan por la fuerza hostil del Odio (...) y tienen una vida inestable (...)
 
Este mismo combate de dos fuerzas se ve claramente en la masa de los miembros mortales. A veces, por efecto del amor, todos los miembros que posee el cuerpo se reúnen en unidad, en la cima de la vida floreciente. Pero otras veces, separados por el odio cruel, vagan por su lado a través de los escollos de la existencia


Para Empédocles, la vida del hombre es unánime.


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