miércoles, 5 de diciembre de 2018

SERVIDUMBRE DE LOS LEGIONARIOS



Ningún general romano exigía a sus soldados que marcharan, construyeran, lucharan y además cuidaran de sí mismos. Cada centuria constaba de cien hombres, pero sólo ochenta eran soldados; los otros veinte eran sirvientes que molían el grano, cocían el pan, repartían el agua durante la marcha, se encargaban de las bestias y carromatos de la centuria, y limpiaban y lavaban la ropa. No eran esclavos, sino ciudadanos romanos que no se consideraban aptos para el combate: patanes de escasa inteligencia que recibían una pequeña parte del botín pero los mismos sueldos y raciones que los soldados.


No hay comentarios:

Publicar un comentario