Zeuxis o Zeuxippos fue un pintor griego de la Época
Clásica. Estuvo activo aproximadamente entre los años 435 y 390 a. C. Nació en
Heraclea, y de las diversas ciudades griegas de este nombre, se supone que le
vio nacer la del sur de Italia.
Fue, presumiblemente, alumno de Apolodoro que
posteriormente rivalizó con él. En su Historia natural, el escritor romano Plinio
el Viejo también señala que pudo ser alumno de Neseo de Tasos o de
Demófilo de Himera y sitúa su apogeo en el cuarto año de la 95ª Olimpiada
(397 a. C.).
Pasó la mayor parte de su vida en Atenas, donde fue
uno de los pintores más cotizados de su tiempo. Las fuentes antiguas le
describen como uno de los principales pintores griegos de todos los tiempos.
Plinio destaca su riqueza y ostentación puesto que describe una capa suya que
llevó en Olimpia donde tenía el nombre bordado con letras de oro y también
señala que decidió regalar sus obras porque consideraba que no había dinero
suficiente para pagarlas. Zeuxis tenía poca estima por el juicio estético del
público, que elogiaba la originalidad de los temas pero no prestaba atención al
detalle. Aristóteles criticaba que su búsqueda de la perfección no
reflejaba el carácter personal de los personajes. Platón lo citó en sus
diálogos Gorgias y Protágoras. Tuvo entre sus contemporáneos e imitadores a Timantes,
Andrócides, Eupompos y Parrasio.
Plinio el Viejo cuenta la célebre anécdota de su
disputa con Parrasio durante la cual Zeuxis pintó unas uvas que engañaron a los
pájaros, que acudieron a picotearlas. Se contaba también que para representar a
Helena de Troya pintó lo más bello de cada una de las cinco doncellas más
hermosas de la ciudad de Crotona.
Parece ser que pintó más en tablas que en murales y
se valía de luces y sombras para buscar volumen y profundidad, creando así una
ilusión de espacio. Plinio indica que pintó «monocromos en blanco», que podría
referirse a dibujos lineales sobre un fondo blanco o quizá a pinturas blancas
sobre fondo negro. Se le criticaba cierta desproporción en sus figuras.
Según recoge Sexto Pompeyo Festo, Zeuxis murió
de risa después de pintar de forma grotesca a una anciana.
Según las obras que lo mencionan, Zeuxis pintó:
Un Eros coronado con rosas y un Pan, para Arquelao,
rey de Macedonia.
Una Helena en el baño, para los habitantes de
Crotona.
Un Hércules niño estrangulando a la serpiente en
presencia de Anfitrión y de su madre Alcmena muy asustada.
La Familia del centauro.
Un Niño con uvas, donde la uva fue pintada de manera
tan realista que los pájaros se acercaron a picotearla. Declaró Zeuxis que «He
pintado mejor las uvas que el niño; pues si hubiera triunfado tanto en este, el
pájaro habría debido tener miedo».
Una Penélope de la que se decía que respiraba
castidad.
Un atleta del que quedó muy satisfecho.
Un magnífico Júpiter en el trono, rodeado de dioses.
Una tabla destinada al templo de Juno Lacinia en
Agrigento, del que se contaba la leyenda que examinó a las jóvenes de la
ciudad, desnudas, y de ellas eligió cinco, para pintar de cada una lo que tenía
más bello, leyenda que recuerda al relato de su Helena.
La mayor parte de sus obras se llevaron a Roma y
Bizancio pero desaparecieron para la época de Pausanias. Ninguna ha
sobrevivido hasta la actualidad.
A partir de su obra, la estética del trampantojo
prevaleció en la pintura griega, inspirando entre otras obras maestras, el
mosaico llamado asarotos oïkos de Sosos de Pérgamo, conocido gracias a una
copia, y fue sin duda el origen de los efectos de perspectiva que se encuentran
a menudo en la pintura pompeyana, que figuraba en las galerías abiertas sobre
los jardines, puertas entornadas donde se perfilan finas siluetas, elementos de
arquitectura (columnas, cornisas, frontones) representados en la sala como «saliendo»
de la pared.
No hay comentarios:
Publicar un comentario