-¿Y
quién es el querido de los dioses? -le preguntó Polión con una sonrisa-.
¿Pompeyo? ¿Catón? ¡Bobadas! Nunca olvides, Celio, que todo gran hombre se hace
su propia suerte. La suerte está ahí para que todos la cojamos. La mayoría de
nosotros dejamos escapar las oportunidades, somos ciegos y no las vemos. César
nunca pierde una oportunidad porque nunca se comporta como un ciego ante la
suerte del momento. Y ése precisamente es el motivo por el cual es el querido
de los dioses. A ellos les gustan los hombres brillantes.
( C.
McC. )
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