viernes, 3 de octubre de 2014

PLUTARCO ESCRIBE SOBRE CAYO GRACO

Refiérese también que no fue Septimuleyo, amigo de Opimio, el que cortó a Cayo la cabeza, sino que, habiéndosela cortado otro, se la arrebató al que quiera que fue, y la llevó a presenciarla, porque al principio del combate se había echado un pregón ofreciendo a los que trajesen las cabezas de Cayo y Fulvio lo que pesasen en oro. Fue, pues, presentada a Opimio por Septimuleyo la de Cayo, clavada en una pica, y traído un peso, se halló que pesaba diecisiete libras y dos tercios; habiendo sido en esto Septimuleyo hombre abominable y malvado, porque haciéndose sacado el cerebro, rellenó el hueco de plomo.



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