Que un difunto no sea enterrado ni
incinerado dentro de la ciudad. Que no se haga más que lo siguiente: que la
leña de la pira no se pula con un hacha. Que las mujeres no se arañen las
mejillas ni entonen lamentos durante el funeral... Y no debe utilizarse oro en
la sepultura. Ni siquiera si al difunto le han atado los dientes con oro. Pero
si es enterrado o incinerado con ese oro, que no sea considerado un delito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario