Pagué a la plebe de Roma 300 sestercios por
cabeza, en cumplimiento del testamento de mi Padre. Y en mi propio nombre,
cuando mi quinto consulado [29 a.C.], dí otros 400 (por cabeza), de mi botín de
guerra. En mi décimo consulado [24 a.C.] distribuí, de nuevo, de mi propio
patrimonio un congiario a la plebe de 400 sestercios por individuo. En el
undécimo [23 a.C.], por doce veces repartí trigo adquirido a mis expensas.
Cuando cumplí mi duodécima potestad tribunicia duodécima potestad tribunicia
[11 a.C.], por vez tercera volví a repartir 400 sestercios a cada plebeyo.
Nunca fueron menos de 250.000 las personas beneficiarias de estos repartos. En
el año de mi decimoctava potestad tribunicia y de mi duodécimo consulado [5
a.C.] dí 60 denarios de plata por cabeza a 320.000 plebeyos de la Ciudad.
Durante mi quinto consulado [29 a.C.] distribuí mil monedas, procedentes de mi
botín de guerra, a cada uno de los soldados de mis ciudades coloniales
militares: tal obsequio conmemorativo de mi triunfo oficial afectó a unos
120.000 hombres. Durante mi decimotercer consulado [2 a.C.] dí 60 denarios a
cada ciudadano plebeyo de los que estaban inscritos en las listas de
beneficiarios de las distribuciones gratuitas de grano, que fueron algo más de
200.000.
No hay comentarios:
Publicar un comentario