Los vándalos, en efecto, desde que tomaron posesión de Libia, solían
disfrutar todos ellos diariamente de los baños y de una mesa rebosante de todos
los productos más agradables y sustanciosos que la tierra y el mar ofrecen. Y llevaban
encima oro con muchísima frecuencia y se vestían con esas ropas persas que
ahora denominan «séricas», y cuando disponían de tiempo libre, lo pasaban en
los teatros, en los hipódromos, y se entregaban a toda clase de actividades
placenteras, pero, sobre todo, a la caza. También tenían ellos bailarines,
mimos y abundantes audiciones y espectáculos visuales, cuantos, sean de índole
musical, sean de cualquier otra, suscitan interés entre los hombres. Y la mayor
parte de ellos vivían en parques bien provistos de agua y árboles, celebraban numerosísimos
banquetes y practicaban toda clase de actos eróticos muy a menudo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario