Él no formó ningún ejército de las listas de
ciudadanos inscritos en el servicio militar, pues eran muchas las guerras que
tenían entre manos y había gran cantidad de hombres en Iberia. Sin embargo, con
el consenso del senado, se llevó a algunos voluntarios que le habían enviado
algunas ciudades y reyes en razón de lazos personales de amistad, y quinientos
clientes y amigos de Roma, a los que enroló en una compañía y los llamó la
compañía de los amigos. A todos ellos, que en total eran unos cuatro mil, los puso
bajo el mando de su sobrino Buteón y él, con unos pocos, se
adelantó hacia Iberia para unirse al ejército, pues se había enterado que
estaba lleno de ociosidad, discordias y lujo, y era plenamente consciente de
que jamás podría vencer a sus enemigos antes de haber sometido a sus hombres a
la disciplina más férrea.
( Apiano )
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