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viernes, 20 de marzo de 2020

CARTA APASIONADA DE PLINIO EL JOVEN A SU ESPOSA CALPURNIA



Nunca he estado más contrariado por los compromisos que me han impedido acompañarte en tu viaje a Campania para convalecer, o salir inmediatamente a reunirme contigo. En este momento especialmente necesito estar contigo; necesito ver con mis propios ojos lo que haces para recobrar la salud, si en realidad disfrutas plenamente de la tranquilidad, los placeres y la abundancia de ese lugar. Aun cuando te encontrases fuerte, tu ausencia seguiría inquietándome, pues, cuando se ama a alguien con pasión, es una tortura pasar, aunque sólo sea un momento, sin saber nada del ser querido. Pero, tal como están las cosas, la idea de tu ausencia, junto con tu mala salud, me aterroriza con vagas y confusas ansiedades. Me imagino todo lo imaginable: mis imaginaciones me hacen tener miedo de todo, y, como pasa siempre que se tiene miedo, veo las mismas cosas que más imploro que no sucedan. Por tanto, te ruego encarecidamente que tengas compasión de mis temores y me envíes una carta, o mejor dos, cada día. Mientras las esté leyendo me preocuparé menos: cuando termine de leerlas volverán de nuevo mis temores. Escribe cuanto puedas, aunque la delicia de recibir tus cartas es un puro tormento.





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