Era
cosa frecuente entre los más ricos comprar políticos ( senadores, tribunos de
la plebe, etc..) para que procuraran por sus intereses, a cambio de importantes
sumas de dinero .Una de las normas más rigurosas de la conducta política romana
era el código que gobernaba a aquellos que aceptaban sobornos. Una vez que se
compraba a un hombre, comprado quedaba. Porque el deshonor no estaba en que lo
compraran, sino en no permanecer comprado. En la antigua Roma, un hombre que
aceptaba un soborno y luego faltaba a su palabra se convertía en un marginado
social de entonces en adelante.
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