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domingo, 25 de enero de 2015

MENSAJE DEL GOBERNADOR DE SICILIA CAYO NORBANO, A CAYO MARIO





Aunque me doy perfecta cuenta de las obligaciones que me ligan a ti como cliente, Cayo Mario, soy también gobernador propraetore de una provincia romana y estoy obligado por mi honor a servir a Roma por encima del deber hacia mi patrón. Tu carta llegó después de haberse recibido una comunicación oficial del Senado notificándome que no preste ni a ti ni a los otros fugitivos ninguna clase de ayuda. Y, además, se me dan órdenes de perseguirte y matarte. Eso no puedo hacerlo, desde luego; pero debo conminarte a que tu barco abandone aguas sicilianas.



Personalmente te deseo lo mejor, y espero que encuentres asilo en algún sitio; aunque dudo mucho de que lo halles en territorio romano. Te diré que Publio Sulpicio fue apresado en Laurentum y su cabeza adorna los rostra en Roma. Ruin hazaña. Pero entenderás mejor mi postura si te digo que quien colocó la cabeza de Sulpicio en los rostra fue Lucio Cornelio Sila en persona. No, no ordenó ponerla. Lo hizo él mismo.


( C. McC. )


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