No te faltarán enemigos. Los celos, o la envidia, si
prefieres ese término, te seguirán los pasos como las Furias al pobre Orestes. Unos
te envidiarán por tu belleza, otros por el cuerpo o la estatura, otros por tu
alcurnia y otros por la inteligencia. Y la mayor parte por todo ello. Y cuanto
más te encumbres, peor será. Tendrás enemigos por todas partes, y ningún amigo.
No podrás confiar ni en hombres ni en mujeres.
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