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jueves, 27 de abril de 2023

LUCIO ANNEO FLORO

Lucio Anneo Floro, nacido en África alrededor del 70-74 d. C., es un historiador romano conocido por su obra Epitome de Tito Livio bellorum omnium annorum DCC, en la que realiza una síntesis histórica de la historia romana. Aunque existen dudas sobre su biografía, se sabe con certeza que Floro proviene de una familia rica de África y que estudió en Cartago, donde aprendió griego. Después de trasladarse a Roma en la década de 90 d. C., Floro participó en los Ludi Capitolini del año 94, pero fue desilusionado al no recibir la corona de Domiciano debido a su origen provincial.

 

Floro se embarcó en una serie de viajes por el Mediterráneo, que lo llevaron desde Grecia hasta Egipto. Finalmente, cruzó los Pirineos y llegó a Tarragona, donde se estableció como profesor o retórico. Al principio, no le gustaba su profesión, pero después comenzó a considerarla mejor e incluso a alabarla. Las alabanzas que Floro hizo a Hispania en su obra sugieren que, en algún momento, se lo consideró un nativo de esa provincia.

 

Después de cinco años en Tarragona, Floro regresó a Roma, donde probablemente abrió una escuela de retórica. Durante este tiempo, tuvo un famoso duelo poético con el futuro emperador Adriano. Sin embargo, se cree que Floro todavía no era muy conocido en ese momento y que aún no había escrito su obra. Es probable que Floro haya escrito su Epitome ya septuagenario, alrededor del 145, durante el centenario de la fundación de Roma.

 

Además de sus poemas, de los que se conservan treinta versos, la obra principal de Floro es su Epitome de la Historia de Tito Livio. Aunque los códices medievales la titulan como un simple epítome, la obra es en realidad una monografía histórica en dos o cuatro volúmenes, en la que Floro compara la historia de Roma con las edades del hombre. Comienza con la infancia, que representa los años de la Monarquía, seguida de la adolescencia, los primeros 250 años de la República. La juventud representa los últimos 250 años de la República, mientras que la madurez comienza con Augusto y llega hasta la época de Trajano, en la que Floro sugiere que "la senectud del Imperio comienza a reverdecer de nuevo como si se le hubiese devuelto la juventud".




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