Páginas

Páginas

martes, 29 de noviembre de 2022

PLUTARCO MEDITA SOBRE LA GUERRA CIVIL ROMANA EN LA BATALLA DE FARSALIA ENTRE POMPEYO Y CÉSAR

 

Dada la señal de una y otra parte, cuando las trompetas comenzaron a excitar al encuentro, de los de la muchedumbre cada uno pensó sólo en sí mismo; pero unos cuantos romanos, lo mejor entre ellos, y algunos griegos que se hallaron presentes fuera de la batalla, al ver que se acercaba el momento terrible, se pusieron a meditar sobre el trance a que la codicia y ambición habían traído a la república. Armas de un mismo origen, ejércitos entre sí hermanos, las mismas insignias y el valor y poder de una misma ciudad iban a chocar consigo mismos, demostrando cuán ciega y loca es la condición humana en sus pasiones: porque si querían mandar y gozar tranquilamente de lo adquirido, la mayor y más apreciable parte del mar y de la tierra les estaba sujeta, y si todavía tenían ansia y sed de trofeos y triunfos podían saciarla en las Guerras Párticas y Germánicas. Quedaba además ancho campo a sus hazañas en la Escitia y en la India, pudiéndoles servir de pretexto el dar civilización a naciones bárbaras. Porque ¿qué caballería de los Escitas, qué saetas de los Partos, o qué riquezas de los Indios serían bastantes a contener setenta mil romanos que acometieran armados estas regiones bajo el mando de Pompeyo y de César, cuyos nombres habían llegado a sus oídos antes que supieran que había romanos?. ¡Tantas, tan varias y feroces eran las naciones hasta donde habían penetrado victoriosos!. Y entonces se habían buscado para hacerse uno a otro la guerra, sin que sirviera para contenerlos ni el celo de su propia gloria, por la que se habían olvidado hasta de la compasión que debían tener a la patria, habiéndose apellidado invictos hasta aquel día. Porque el parentesco antes contraído, las gracias de Julia y aquel enlace luego se vio que no habían sido más que unas prendas falaces y sospechosas de una sociedad formada en provecho común, sin que hubiera entrado en ella, ni por mínima parte, la verdadera amistad.







No hay comentarios:

Publicar un comentario