Siempre tuve tendencia a la misericordia cuando ésta
puede practicarse sin peligro. Y tal tendencia mía se debe de un lado a
que me disgusta la crueldad, porque fui testigo de demasiadas crueldades
en mi juventud, y de otro, al saber que, en última instancia, por más violencia
que uno pueda emplear para obtener el poder, es posible conservarlo sólo
si uno se granjea la buena voluntad de aquellos a quienes se ha sometido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario