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jueves, 27 de agosto de 2020

CÉSAR DICE SOBRE LA RELIGIÓN ROMANA



Las oraciones y los sacrificios, aunque desprovistos de significado en sus detalles, cumplen una misión general y tienen gran efecto sobre el pueblo. Estos ritos fueron establecidos originalmente para propiciar más que para atraer a los dioses; y aún hoy se supone que si estas ceremonias de conciliación se realizan con la escrupulosidad debida, los dioses no interferirán contra las cosechas, las guerras y demás actividades. Nuestra religión de estado, bastante paradójicamente, es en cierto sentido atea. Tiende a mantener los dioses -siempre suponiéndose que éstos existan- a tan gran distancia como sea posible de los hombres y, liberando a los supersticiosos de sus aprensiones, les permite continuar con calma y confianza su misión civilizadora.





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