A
partir de aquí también se degenera en violencia, en pasiones y discordias y en
cualquier cosa que no está permitida a los sacerdotes de la paz. De ahí las
injurias, los improperios injustos de odio e incluso las opiniones sin razón de
agrado.
Cualquier cosa que desean y cualquier otra que
rechazan les es extraña; así también la pasión entre ellos es ociosa y el odio
injusto.
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