Sin duda, para empezar, el
nombre de la patria es lo más familiar de todo, pues nada es más familiar que
el padre de cada uno. Si alguno rinde al padre el honor debido, según ordena la
ley y la naturaleza, honrará previamente la patria según corresponde. Pues el padre
mismo es un bien de la patria, así como el padre del padre y todos los
antepasados remontando desde estos, y hasta llegar a los dioses patrios
retrocede ese nombre.
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