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jueves, 5 de diciembre de 2019

DICTADOR LUCIO QUINCIO CINCINATO



La palabra dictador viene del latín dictator y significa literalmente «el que dicta». En sus orígenes, tampoco se les llamaba dictadores sino magister populi (maestros del pueblo, maestros de la gente o maestros del ejército).
 
La historia de Cincinato “el del pelo ensortijado”, se remonta al 467 a. C. cuando Roma estaba entrando en un conflicto importante por una ley agraria que favorecía la entrega de tierra a los plebeyos de Roma. Fue Cónsul y dos veces dictador.

 

Nos dejó escrito Tito Livio la siguiente anécdota:

Una delegación del senado fue enviada al otro lado del río Tíber a buscar a Cincinato, éste vivía en terreno no muy grande y una modesta choza con su esposa. La delegación lo encontró trabajando la tierra, como de costumbre. El pobre Cincinato no estaba ni enterado de lo que sucedía. Mientras se secaba el sudor y se quitaba el polvo ordenó a su esposa que le trajese su toga.

 

No prestos a esperar a su esposa, la delegación le hizo entrega de la toga de dictador y se lo llevaron a Roma. El pueblo estaba en descontento al enterarse de nuevo que Cincinato fuese nombrado dictador y con mucha razón: podía ejecutar a cuanto plebeyo se le cruzara por la mente, tomar las medidas que creyera convenientes y ni así sería culpable. Siendo dictador tenía todos los privilegios así que la ciudad estaba asustada de este hecho.

 

Pero aún así, con todo ese poder y las razones para abusar de su situación, Cincinato no hizo nada más que proteger la ciudad, resultando victorioso.

 
Una vez solventado el conflicto renunció a su magistratura y se retiró a la soledad de su humilde hogar para seguir arando la tierra.


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