Siervos,
obedeced en todo a vuestros amos de la tierra; no sirváis solamente cuando os
vean, para lograr el favor de los hombres, sino con sinceridad y por amor al
Señor. Cualquier trabajo que hagáis hacedlo de buena gana, pensando que
trabajáis para el Señor, en vez de fijaros en los hombres. Bien sabéis que el
Señor os recompensará, dándoos la herencia prometida […] En cuanto a vosotros,
conceded a vuestros servidores lo que es justo y razonable, sabiendo que
también vosotros tenéis un Señor en el cielo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario