El
Nilo no se ha desbordado en cuatro años, Marco Antonio, porque el faraón es
estéril. Para curar a su pueblo, el faraón debe concebir un hijo con la sangre
de los dioses en sus venas; tu sangre es la sangre de César, y por el lado de
tu madre eres un Julio. He rezado a Amón-Ra e Isis y ellos me han dicho que un
hijo de tus muslos los complacería. Si tú lo deseas, me dejaré aparear contigo,
abriré mi vagina para que me penetres, y dejaré encantada que eyacules tu
semilla dentro de mí.
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