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viernes, 11 de enero de 2019

SILA, DICTADOR DE ROMA, DICE SOBRE LAS EJECUCIONES DE SUS ENEMIGOS SIN JUICIO PREVIO



Es decisión mía que mueran los proscritos. No voy a despilfarrar el dinero y el tiempo del Estado en juicios a personas que son evidentemente culpables y traidores. Sus propiedades pasaran a manos del Estado y se venderán en subasta. Y todo hombre o mujer que vea a uno de los que figuran en la lista, no sufrirá represalias si lo ejecuta, e incluso con ello se ganará dos talentos de plata a cargo del erario público.

 

Supongo que en mi ley Cornelia de Proscripciones he tenido en cuenta todas las eventualidades: las propiedades de la familia de todo proscrito pasaran a ser propiedad del Estado sin que pudieran transferirse a nombre de ningún vástago por inocente que fuese; quedaran invalidados los testamentos de los proscritos, y no podrán heredar las personas que se citen en ellos; los proscritos podrán legalmente ser asesinados por cualquier hombre o mujer que se cruce en su camino, fuese hombre o mujer libre, liberto o esclavo; la recompensa por asesinato o apresamiento de un proscrito será de dos talentos de plata, a pagar por el Tesoro con cargo a las propiedades confiscadas, habiendo de figurar este pago en los libros contables públicos; los esclavos quedaban libres como recompensa, los libertos se incorporaran a una de las tribus rurales, y todos los hombres -civiles o militares- que, con posterioridad a la ruptura de la tregua por Escipión Asiageno, hubiesen apoyado a Carbón o al hijo de Mario, serán declarados enemigos públicos; todos los que ofreciesen ayuda o su amistad a un proscrito quedaban despojados e interdictos de cargos curules, y se les prohibirá la compra de toda propiedad confiscada o llegar a apoderarse de ella por otros medios; los hijos y nietos de los que ya habían muerto serán castigados en la misma medida que los hijos y nietos de los que aún vivían. Ahora bien, ese proceso de proscripción cesará dentro de seis meses después, tiempo más que suficiente para limpiar a Roma de todos sus enemigos, y para que se recupere el Tesoro de Roma.


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