Las
cosas entre Tiberio y Julia habían ido de mal en peor , desde su casamiento con ella impuesto por Octavio
Augusto (ya que Julia, hija de Augusto, estaba intensamente enamorada de
Tiberio), cuando el mismo Tiberio estaba perdidamente enamorado de su anterior
esposa Vipsania Agripa.
Les había nacido un hijo que murió
después; y más tarde Tiberio se negó a volver a dormir con ella, y eso por tres motivos. El primero era que Julia
había llegado ya a la media edad y perdido su
silueta esbelta (Tiberio prefería las mujeres poco maduras, y cuanto más muchachiles, mejor, y Vipsania había sido una (AÑO 6 a de
C) mujercita menuda). El segundo, que Julia le presentaba
apasionadas exigencias, que él no estaba dispuesto a satisfacer, y que solía ponerse histérica cuando él la
rechazaba. El tercero, que descubrió, después de rechazarla, que ella se vengaba buscando galanes que le
diesen lo que él le negaba.
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