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domingo, 21 de octubre de 2018

DISCURSO DEL SAMNITA CAYO PAPIO MUTILO ANTE EL CONSEJO DE ITÁLICOS REUNIDOS EN LA PLAZA DEL MERCADO DE CORFINIUM PARA DECLARAR LA GUERRA A ROMA



Vamos a la guerra. ¡Hay que ir a la guerra, compatriotas itálicos!. ¡Roma se niega a otorgarnos la dignidad y la categoría a que nos hemos hecho merecedores con nuestra conducta. Nosotros nos forjaremos un país independiente que nada tenga que ver con Roma y los romanos, eliminaremos las colonias romanas y latinas construidas en nuestras tierras y nos labraremos un destino propio con nuestros hombres y nuestras riquezas!.

 

Vamos a dar un nombre a nuestro nuevo país: ¡Italia!. Y formar un gobierno: un consejo de quinientos, formado equitativamente por todos los pueblos que componen Italia. Todas nuestras reglas civiles, incluida la constitución, las dictará y aplicará este concilio italiano, que residirá permanentemente en la nueva capital Itálica.

 

Pero como todos sabéis bien, hemos de emprender una guerra contra Roma para que esta Italia cobre existencia. Por consiguiente, hasta que no se concluya victoriosamente la guerra contra Roma (¡como así será!) Italia dispondrá de un consejo provisional o de guerra formado por doce pretores y dos cónsules. Sé que son denominaciones romanas, pero servirán por su simplicidad más que nada. Actuando constantemente con el conocimiento y aprobación del concilio italiano, este consejo de guerra dirigirá la guerra contra Roma.

 

En Roma empezarán a tomarnos en serio cuando comencemos a acuñar moneda y a convocar arquitectos que tracen el núcleo de una ciudad magnífica. En la primera emisión figurarán los ocho pueblos fundadores representados por ocho hombres con la espada desenvainada a punto de sacrificar un cerdo, Roma, y en la otra cara la efigie de una nueva diosa: ¡la propia Italia!. Como mascota, elegiremos el toro samnita y como dios patrón el Liber Pater, padre de la libertad, y conduciremos a una pantera atada con una cuerda como símbolo del modo como domesticaremos a Roma. Y antes de que transcurra un año, nuestra nueva capital Itálica, que así llamaremos a Corfinium, tendrá un Foro tan grande como el de Roma, una sede del consejo con capacidad para quinientos representantes, un templo de Italia mejor que el templo de Ceres de Roma y un templo de Júpiter Italiae mejor que el de Júpiter Optimus Maximus, romano. ¡Pronto verá Roma que nada le debemos!

 

¡Roma nos encontrará unidos!. Juro esto ante todos los presentes y ante todos los habitantes de una Italia libre. ¡Agruparemos los recursos en hombres y dinero, en pertrechos y vituallas!. ¡Y los que hagan la guerra contra Roma en nombre de Italia trabajarán más unidos que jamás lo hiciera comandante alguno en ninguna guerra!. ¡En toda Italia esperan nuestros soldados la llamada a las armas!. ¡Tenemos cien mil hombres preparados para entrar en batalla en pocos días, y habrá más, muchos más!.  ¡En un plazo de dos años, compatriotas italianos, os garantizo que serán los romanos los que suplicarán ser emancipados como ciudadanos de Italia!.


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