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miércoles, 24 de octubre de 2018

AMALTEA


Amaltea (en griego antiguo Ἀμάλθεια, de ἀμαλός, ‘tierno’, ‘ternura’) es, en la mitología griega, la ninfa que fue nodriza de Zeus. A veces se la representa como la cabra que amamantó al dios infante en una cueva de Creta, y otras veces como una náyade hija de Hemonio (uno de los Curetes), quien lo crio con la leche de una cabra en el monte Ida.
 
La diosa Rea, esposa de Crono, quiso preservar a su hijo Zeus de la voracidad de su marido que devoraba a sus hijos conforme nacían, por lo que lo escondió en el monte Ida, en la isla de Creta, donde lo recogió esta ninfa alimentándolo de miel de abeja y leche de cabra.
 
Un día la cabra se rompió un cuerno, que Amaltea llenó con flores y frutas antes de llevárselo a Zeus, quien lo subió entre las estrellas junto con la cabra, convirtiéndose ésta en el primer unicornio y estando en el cielo la cabra fue la constelación Capricornus o simplemente la estrella Capella (es decir, α Aurigae); el cuerno fue desde entonces llamado cornucopia.
 
De acuerdo con otra historia, fue el mismo Zeus quien rompió accidentalmente el cuerno con uno de sus rayos y se lo dio a Amaltea, prometiéndole que le proporcionaría en abundancia todo lo que deseara. Amaltea se lo cambió a Aqueloo (su supuesto hermano) por su propio cuerno, que se había roto en la disputa con Heracles por la posesión de Deyanira. Según la mitología clásica, los dueños del cuerno fueron muchos y variados.

 

 En general, se le consideraba símbolo de riquezas inacabables y abundancia, y se convirtió en atributo de varias divinidades (Hades, Gea, Deméter, Cibeles, Hermes), y de los ríos (el Nilo) como fertilizantes de la tierra (según la mitología clásica, al romper Zeus el cuerno de Amaltea que se transformaría en cornucopia se desparramaron en el cosmos gotas de leche de tal cabra que dieron origen a las estrellas de la Vía Láctea).

 
En algunas versiones, a la muerte de la cabra Zeus habría tomado su piel para vestirse con ella, convirtiéndola en la égida (el término griego αἰγίς aigis significa ‘piel de cabra’).

 
El término «cuerno de Amaltea» se aplica a una región fértil, y una finca propiedad de Tito Pomponio Ático fue llamada Amaltheum. Las monedas cretenses representaban al infante Zeus amamantado por la cabra; otras monedas griegas le mostraban sujeto a sus ubres o llevado en brazos de una ninfa.


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