Las mujeres son seres inferiores.
Tejen sus ilusiones en las telas, no en el telar del tiempo. No tienen ninguna
importancia en el mundo; no hacen la historia, ni gobiernan. Las cuidamos porque
es nuestra obligación y las protegemos contra las preocupaciones, la pobreza,
las responsabilidades... Por eso, si no mueren al dar a luz, viven más que los
hombres. A cambio de eso, nosotros les exigimos obediencia y respeto.
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