Compañeros de viaje, la costa africana está aún lejos, pero aquí
debemos despedirnos de la amigable
presencia de la Madre Tierra, ya que en adelante navegaremos sin divisar
tierra, en medio de bancos
de atunes y los gritos de los delfines. No temáis. Yo, Marco Porcio Catón, me
encargo de vosotros, y os
llevaré sanos y salvos hasta África. Mantendremos juntas nuestras naves; remaremos
con ímpetu, pero con buen juicio; entonaremos las canciones de nuestra querida
Italia; confiaremos en
nuestras propias fuerzas y en nuestros dioses. Somos romanos de la verdadera
república, y sobreviviremos
para complicarle la vida a César, lo juro por Sol Indiges, Tellus y Liber Pater.
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