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sábado, 18 de agosto de 2018

PODER ECONÓMICO DEL FARAÓN EGIPCIO EN LOS TIEMPOS DE LA ROMA REPUBLICANA



En el Egipto de los Tolomeos, la principal fuente de los ingresos reales no era la capital Alejandría (la ciudad más grande del mundo, con tres millones de habitantes, cuando en Roma apenas no llegaba al millón), sino el propio Egipto interior del río Nilo. Allí, donde los soberanos habían existido desde quién sabía cuántos miles de años, todo pertenecía al faraón. La tierra, las cosechas, las bestias y las aves de los campos y las granjas, las abejas, los impuestos, tributos y tarifas. El faraón sólo compartía la producción de hilo, que era competencia de los sacerdotes; éstos recibían un tercio de los ingresos generados por este hilo, el mejor del mundo. Egipto era el único lugar del mundo donde se tejía un hilo tan tenue que quedaba diáfano como un cristal ligeramente empañado, solamente en Egipto se teñía de tan mágicos colores, y solamente en Egipto el hilo tenía una blancura tan extraordinaria.

 

Otra fuente de ingresos era tan única como lucrativa: Egipto producía papel a partir del papiro, que abundaba en el Delta, y el faraón también era dueño del papel. Por tanto las rentas del faraón antes de que Egipto pasara a dominio romano, ascendían a más de doce mil talentos de oro anuales, divididos en dos erarios: el privado y el público. Seis mil talentos en cada uno. Con el erario público el faraón pagaba a sus gobernadores de distrito, sus burócratas, su policía, la policía del río, su ejército, su armada, sus trabajadores, sus campesinos. Incluso cuando el Nilo no se desbordaba, esas rentas públicas bastaban para comprar grano a países extranjeros. Los fondos privados pertenecían plenamente al faraón y no podían destinarse a nada más que a las necesidades y deseos personales del faraón, como las construcciones de sus palacios y sus tumbas. En sus arcas se acumulaba la producción nacional de oro, piedras preciosas, porfirio, ébano, marfil, especias y perlas.

 

Las flotas que partían hacia el Cuerno de África en busca de la mayor parte de aquellas riquezas pertenecían al faraón. No era extraño, pues, que los Tolomeos como Auletes, privados del título de faraón, lo anhelaran, y a que Alejandría era una entidad por completo separada de Egipto. Si bien el rey y la reina ingresaban en forma de impuestos buena parte de los beneficios de la ciudad, no eran propietarios de ella ni de sus bienes, ya fueran los barcos, las fábricas de vidrio o las compañías de mercaderes. Tampoco tenían derecho a la tierra en que se hallaba la urbe. Alejandría había sido fundada por Alejandro Magno, que se las daba de griego pero era macedonio de la cabeza a los pies. El Intérprete, el Registrador y el Contable, principales funcionarios de la corte,  recaudaban todos los ingresos públicos de Alejandría y los utilizaban en gran medida en su propio interés, mediante un sistema de privilegios y prebendas que incluían el palacio.

 

Habiendo experimentado las dinastías asirias, kuchitas y persas antes de la llegada de Tolomeo, el mariscal de Alejandro Magno, los sacerdotes de Ptah en Menfis habían llegado a un acuerdo con él y le habían entregado el erario público egipcio a condición de que en el Egipto del Nilo se invirtiera la cantidad suficiente para mantener la prosperidad de su pueblo y sus templos. Si el Tolomeo era también faraón, disponía asimismo de los fondos privados. Sólo que éstos no saldrían de las cámaras del tesoro de Menfis a menos que el faraón en persona fuera a retirar la suma que necesitara.

 

 Así pues, cuando Cleopatra huyó de Alejandría no imitó a su padre zarpando del Gran Puerto sin dinero; fue a Menfis donde los sacerdotes la reconocían como la legítima faraona, y obtuvo el dinero necesario para contratar a un ejército de mercenarios con el que derrocar a su hermano el faraón Tolomeo XIII Teos Filopator, con la ayuda de Cayo Julio César que deseaba convertir a Egipto en el suministrador del grano que Roma necesitaba para cubrir sus necesidades alimenticias.


1 comentario:

  1. "Alejandro Magno, que se las daba de griego pero era macedonio de la cabeza a los pies" pendejo.

    Pericles que se las daba de griego pero era ateniense de la cabeza a los pies.
    Leonidas que se las daba de griego pero era espartano de la cabeza a los pies.
    Los dorios o lacedamonios, que se las daban de griegos y de hijos de heracles, pero eran invasores bárbaros de la cabeza a los pies.
    Las ciudades estado del Peloponesos, que se las daban de griegas, pero buscaban el menor pretexto para masacrarse entre ellas.

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