Sus
esposas habían sido todas de lo mejor la aristocracia romana: una Emilia
Escaura (patricia), una Mucia Escévola (antigua plebeya), una Julia de César (lo más alto del árbol
patricio), y una Metela Escipión (descendiente del mísmísimo Escipión el
Africano). A Antistia no la contaba; sólo se había casado con ella porque su
padre era el juez en un juicio que él no deseaba que se celebrase.
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