Por
casualidad, a mediodía asistí a una exhibición, esperando un poco de diversión,
unos chistes, relajarme... Pero salió todo lo contrario... Estos peleadores de
mediodía salen sin ningún tipo de armadura, se exponen sin defensa a los
golpes, y ninguno golpea en vano... Por la mañana echan los hombres a los
leones; al mediodía se los echan a los espectadores. La multitud exige que el
victorioso que ha matado a sus contrincantes se encare al hombre que, a su vez,
lo matará, y el último victorioso lo reservan para otra masacre. Esta clase de
evento toma lugar estando casi vacías las gradas... Al hombre, sagrado para el
hombre, lo matan por diversión y risas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario