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lunes, 16 de abril de 2018

CARTA DE CIPRIANO DE CARTAGO A CORNELIO SOBRE LOS HEREJES



Ya te indique, amadísimo Cornelio que era clérigo de mi confianza el acólito Feliciano, al que me enviaste con nuestro colega Perseo, te escribí también sobre este Fortunato junto con las otras noticias que te tenia que dar de aquí. Pero, mientras aquí nuestro hermano Feliciano se retrasaba por el viento contrario o porque lo deteníamos para que se llevara otras cartas, se le adelanto Felicisimo, que iba a toda prisa hacia ahí. Así pues, siempre la maldad se da mas prisa, como si apresurándose pudiera prevalecer sobre la inocencia.

 

Por medio de Feliciano te hice saber, hermano, que había venido a Cartago Privato , antiguo hereje de la colonia de Lambesa, condenado por noventa obispos hace muchos años por numerosos y graves delitos, y también, como vosotros no ignoráis, severisimamente censurado en unas cartas de nuestros antecesores Fabian y Donato. Este, habiendo dicho que quería defenderse ante nosotros en el concilio que celebramos en los últimos idus de mayo y no habiendo sido admitido, hizo pseudo-obispo a este Fortunato, digno colega suyo. Había venido también con el un tal Felix, a quien el mismo había hecho pseudo-obispo tiempo atrás fuera de la Iglesia, en la herejía. 


Y también estuvieron con el hereje Privato sus campañeros Jovino y Maximo, condenados por la sentencia de nueve colegas nuestros por los abominables sacrificios y crimenes que les fueron probados, y después excomulgados de nuevo por nosotros en mayor numero, en el concilio del año pasado. A estos cuatro se unió también Reposto de Sutunurca, que no se contentó con apostatar él solo en la persecución, sino que hizo caer con su persuasión sacrílega a la mayor parte de su pueblo.


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