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sábado, 26 de agosto de 2017

CARACTERÍSTICAS DEL CIUDADANO ROMANO


El romano se caracterizaba por su pragmatismo, por sus dotes de organización y por sus virtudes ciudadanas, a saber: la fidelidad a su ciudad o a su clan (fides), la devoción (pietas), el valor (virtus), la independencia (libertas) y, sobre todo, por un concepto absolutamente moderno: la subordinación del individuo a la ley (ex), fundamento del derecho romano que es todavía su más valiosa aportación a la cultura occidental. A estas virtudes ciudadanas el romano unía estimables virtudes privadas: integridad (probitas), juicio ponderado (consilium), circunspección (diligentia), autodominio (temperantia), tenacidad (constantia) y rigor (severitas). A los jóvenes se los educaba en la obediencia (obsequium), el respeto (verecundia) y la pureza (pudicitia).









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